entrevistaspadres: ¿Qué pasará con nuestros hijos cuando no estemos? Estrenan en España corto sobre el tema

¿Qué pasará con nuestros hijos cuando no estemos? Estrenan en España corto sobre el tema

Annabella Martínez, de rojo, junto al equipo de filmación de Laura No quiere.

Laura no quiere se llama un corto que acaba de estrenarse en Valencia, España. Una producción hecha por una periodista que un día conoció el universo de la discapacidad en una comisión de trabajo y se sensibilizó hasta el punto de hacerse una interrogante que fue el vientre donde maduró su película: qué pasa cuando una persona con discapacidad crece y sus padres mueren, qué vida les espera.
En el corto, Annabella Martínez, la periodista, la directora, la guionista, la mujer que hoy ensaya sus propias respuestas a semejante duda, cuenta la historia de Alonso, un discapacitado intelectual de casi cuarenta años, que se tiene que ir a vivir con su hermano, Javier, tras la repentina muerte de su madre. Su esposa, Laura, una arquitecta muy ocupada, no aceptará esa nueva presencia en casa, la mira como una carga, mientras que Helena, la pequeña hija de ambos, está encantada con la llegada de su tío, a quien ve “como un niño grande” con quien compartir sus juegos.
El corto plantea un tema todos los padres de un hijo con capacidades diferentes nos hacemos: qué pasará con mi hijo cuando yo muera. ¿Lograste ensayar algunas respuestas?
-Realmente en el centro ocupacional, hablando con los educadores, pudimos ver que éste es un tema especialmente preocupante para ellos. Alguno de los actores discapacitados que viven en el centro, y que tienen más de 40 años, de hecho viven con sus hermanos. Otros, los que tienen más autonomía, viven solos pero teniendo un familiar directo muy cerca de ellos. Lo que es cierto es que es un tema muy preocupante para los padres porque no saben qué futuro van a correr sus hijos cuando ellos mueran. Los casos más tristes que conozco son los de aquellos discapacitados que son hijos únicos, para ellos es aún más duro que para el resto.
¿Por qué tu preocupación por un tema así, entiendo que nació de una experiencia profesional que viviste, pero fue tan determinante?
-En el año 1997 trabajaba como periodista en el programa “Crónica”, de Punto Dos, el segundo canal de Canal 9, la televisión autonómica valenciana. Eran reportajes de media hora de duración y dedicábamos cuatro días completos a la grabación del tema. Allí tuve la oportunidad de rodar un reportaje en el Centro Ocupacional San Cristóbal, de Sagunto, con discapacitados de todo tipo. Un día la directora me dijo: Hay algo que parece una obviedad y que muchos de nosotros ni nos planteamos, y es que estos “niños” crecen, y muchos sobreviven a sus padres.
Imagino que la visión que tendrías del tema fue uno antes de iniciar la filmación y otro a culminar o ¿nada ha cambiado en ti respecto a la discapacidad?
-Lo que he aprendido es la fortaleza que hay que tener como padres, como hermanos, como amigos, como educadores… para convivir con estas personas día a día, para crecer con ellas, para no ceder nunca en el empeño de que estos adultos puedan intentar llevar una vida lo más “normal” posible. Y también de que hay que sensibilizar a la sociedad para que este problema sea “visible” para todo el mundo.Creo que en general a las personas con Síndromes de Down se les mira con cariño, inspiran ternura, pero hay otros niños, o adultos, que físicamente no son tan agraciados, o que babean, o que pueden parecer por su aspecto agresivos, y estos quizá no despiertan tanta simpatía entre la sociedad en general, cuando en realidad necesitan el mismo cariño y comprensión que el resto de discapacitados.
¿Qué conclusiones puedes sacar tras esta experiencia, cómo debería aportar la sociedad o el Estado para que estas personas, cuando lleguen a ser adultos, estén plenamente integrados y tengan vida plena?
-Justo eso es lo que quería decir antes. Creo que los gobiernos tienen que invertir más en programas de integración social de estos colectivos, destinar más ayudas a educadores, promover el voluntariado en centros ocupacionales de personas adultas e incluso quizá invertir en pisos que estén tutelados porque dependiendo de la discapacidad, muchos de estos adultos podrían vivir solos, porque tienen autonomía, siempre que estuvieran vigilados por un monitor-educador unas horas al día.
¿Cómo lograste manejar el tema de recurrir a auténticas personas con discapacidad mental como parte del elenco sin correr el riesgo de que se diga que los estás usando como elemento decorativo para lograr solo más impacto visual en la filmación?
-Bueno, ese tema me preocupaba muchísimo, pero el Centro Ocupacional Vicente Pérez fue un gran apoyo desde el principio. De hecho, te cuento que contactamos con un primer centro ocupacional en el que el director estaba convencido del proyecto, pero era una fundación y eran los padres quienes tenían que aprobar el proyecto y no lo hicieron, porque tenían miedo del uso que hiciéramos de las imágenes o de que nos burláramos de ellos, poniéndolos en situaciones donde parecieran torpes o “tontos”. Nada más lejos de mi idea.Tener actores que realmente fueran discapacitados era necesario para darle credibilidad a la historia, ya que Alonso, el protagonista, se supone que va al centro a trabajar y tiene que verse con sus compañeros. Hubiera sido muy difícil (y habría quedado hasta grotesco yo creo) pretender contar con actores y caracterizarlos de discapacitados. Lo cierto es que Ana García, la directora, entendió lo que yo quería desde el principio. Digamos que ella “seleccionó” los diez alumnos que mejor lo podían hacer, que no miraran a cámara, que soportaran 4 ó 5 horas de rodaje sin ponerse nerviosos, que no interrumpieran el trabajo… en fin, fue una gozada porque se portaron como auténticos actores, muy disciplinados, y sobre todo, para ellos, nos consta, que fue una experiencia magnífica. La directora me dice que recuerdan el día de la grabación muchísimo. En el estreno, verse en pantalla grande, para ellos fue algo inolvidable. Es de lo que más orgullosa estoy.

Auténticas personas con discapacidad fueron convocados como parte del elenco.

¿Tienes en mente otros proyectos con similar temática. Qué ha sido exactamente Laura no quiere, satisfacer un deseo personal nacido por una vivencia profesional o un compromiso social permanente con la discapacidad?
-Mira, Laura no quiere surgió como lo primero, satisfacer mi necesidad personal de contar una historia que viví en 1997 y recuperé 10 años más tarde, pero me encantaría pensar que voy a seguir haciendo más cosas relacionadas con el mundo de la discapacidad. Creo que es un colectivo en el que vale la pena invertir tiempo, energía y esfuerzo, y me gusta pensar que dentro de un tiempo… ¿quién sabe?

Jaime Tipe Sánchez
taskichiyperu@yahoo.com

Publicado 13/11/07

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